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También la Lluvia" es una película española que ve la luz en
2010. Es una película en la que, a partir del interés de sus protagonistas por representar la llegada de Colón a América, se encuentra con una convulsionada Bolivia, lugar en el cual han decido rodar.
La convulsión por esas hermosas tierras, cosa nunca novedosa en aquellos parajes, corresponde al año 2000, año de la llamada "Guerra por el Agua". Cochabamba, puntualmente, pasaba en ese entonces por un proceso privatizador del servicio de agua potable. Un proceso que, como es costumbre por estas tierras del sur, era realizado por capitales extranjeros que poco nada invertían o planeaban invertir, y que muchas utilidades prometía entregarles.
500 años después del descubrimiento de las "Indias", 500 años después de la masacre que significó la llegada de los Españoles y de su religión, nuevamente, como si los siglos de malos tratos no significaran ni hubiesen significado nada, los habitantes de estas tierras se ven pasados a llevar, se ven violentados. Esta vez los ojos de la bestia, los ojos del imperio recaen sobre el Agua. Recaen sobre el vital recurso, recaen sobre la fuente de vida.
Bajo los típicos argumentos, a los cuales el neo-liberalismo nos tiene ya acostumbrados, se le "dice" al pueblo que lo "conveniente" es privatizar el servicio. Que el Estado no tiene los recursos, que el Municipio no tiene dinero. Que la gestión será mejor, que los beneficios son muchos, que no hay que negarse al progreso, etc. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, Bolivia no se deja engañar, no se vende tan fácilmente.
Bolivia, a diferencia nuestra, tiene una mayor población indígena. Tiene por esto, un recuerdo más vívido tal vez, de los abusos cometidos por el invasor. Tiene tal vez por esto mismo, un vínculo mayor con la madre Tierra. Tiene, sin lugar a dudas, un respeto, por nosotros perdido, a la Tierra, su tierra, y no está dispuesta bajo ninguna circunstancia a entregarla a manos extranjeras.
Bolivia es sin duda alguna, un ejemplo para nosotros "jaguares" de Latino-América. Es una muestra de cómo los representantes del pueblo acatan aquello que el pueblo demanda. Es un ejemplo de Democracia. Muchos dirán: ¿de qué ejemplo me hablas, míralos en las calles a piedras y palos? Yo respondo bueno, pero "Mira lo que consiguen". Son la muestra fiel de ese "Prefieren morir de pie, a vivir de rodillas". Son un pueblo que no está dispuesto a que le quiten lo esencial, que no está dispuesto a que les sigan robando. Ya bastante tuvieron con los Españoles.
A este último respecto, distan ellos mucho de este Chile, de este país ciego y sordo. De este país que creyó a pies juntilla en un modelo impuesto por la fuerza, en un modelo importado, en un modelo que más que riqueza para unos pocos y la pérdida de nuestros recursos, nada ha aportado.
Distamos de ellos, y mucho hay de qué aprender.
Hoy, leo con agrado que una ley en contra del
cultivo de Transgénicos ha sido promulgada. Durante Junio Perú aprobó una moratoria de 10 años a este mismo respecto. ¿Y nosotros? Sin comentarios. Ya he escrito antes acerca de este tema en este mismo espacio. Ni qué hablar del Agua y de la Minería. Nuevamente, y sin ir muy lejos, Perú nos brinda un ejemplo en decisiones políticas ante el clamor ciudadano:
Revoca Concesión Minera, tras un mes de protestas.
Y frente a todos aquellos, que imagino no faltarán, y que dirían: "Pero, ¿cómo se te ocurre poner trabas, impuestos, o leyes a la iniciativa privada?" yo respondería tal cual y como dijo uno de los pocos economistas con los dos pies en el suelo que tiene este país, Marcel Claude en CNN: "Que se vayan, no me interesan" Años llevan en estas tierras con la misma promesa: "Que la pobreza terminará", "Mayor desarrollo", ¿Sigo?, y ¿Los Resultados?, ¿Vale la pena perder el tiempo y dilatar esta columna en cosas evidentes? Creo que no. Por ende ¡Que se vayan!. Volvamos a ser soberanos, volvamos a ser dueños de lo que nos pertenece, volvamos a decidir por nuestra cuenta, volvamos a decidir lo que se hace y aquello que no en estas tierras en las cuales nos tocó nacer. Ellos no nos otorgaron nada. Nosotros y pensando en nosotros, no lo podemos hacer peor.
Cuanto encono, rabia e indignación da mirar nuestra sociedad y no ver síntomas de hartazgo, de rabia. Las marchas por la educación y por el medioambiente, son un buen síntoma. Empero son muestras puntuales, no son el reflejo del grueso de este país. Caminando por Santiago se pueden escuchar personas que cuando ven a estos jóvenes diciendo a viva voz que "la educación ha muerto", estos no se inmutan, ni siquiera reflexionan y comentan de manera ligera: "qué raro, yo estudié y trabajo", intentando con esto negar que efectivamente la "educación" que se recibe en este país no deja de ser mediocre, servil, segmentada y desigual. Cuantas veces no se escucha en estos "noticiarios" donde el ciudadano se puede "expresar", personas afirmando que "toda esa gente no tiene idea de lo que está haciendo", "que son manejados por partidos políticos anti-gobierno", "que a este no se le deja gobernar para hacer todo lo bueno que tiene planeado hacer por el bien del país". En fin, ejemplos sobran como para sostener el hecho, de que el grueso de este país aún no se aburre de que le vean las pelotas.
¿Cuándo llegará ese día? No lo sé amigos, sólo espero que llegue, o más bien que lo hagamos llegar.
Max-Neef hablando acerca de los futuros economistas decía que a estos les hace falta historia, les hace falta saber de historia. Yo me pliego y extrapolo. A todos nos hace falta historia. Nos hace falta despertar, salir del letargo y darnos cuenta de que las cosas cómo van, van cuesta abajo, van por mal camino. Aunque no obstante lo anterior, el futuro aún se puede escribir. Que siempre lo podremos cambiar, y hacer de esta tierra un mundo para todos.
Cierro esta reflexión, una de tantas (otra de esas que giran en torno a lo mismo, y que probablemente para quien me conoce o lee con frecuencia, no varia demasiado), con el link a lo que hizo brotar estas líneas, a lo que me trajo devuelta a este espacio, a veces abandonado:
Una vez más, vayan mis agradecimientos a mi buen amigo L.
Saludos cordiales, OMQM